28 de enero de 2012

Pequeño instante de lucidez

Si pudiese disponer de unos segundos al lado de tu yacente cuerpo helado, contemplaría tu joven piel ajada por el esmerado trabajo de las pacientes larvas, y tu carne carcomida sin piedad por la podredumbre, y podría respirar el olor rancio y empalagoso de tu descomposición llenando con su esencia mis pulmones...


Si pudiese disfrutar de ese pequeño instante, acariciaría tus cabellos aún claros pero hediondos, y así te liberaría para siempre de las profundidades de mi vesania en donde te retengo contra mi voluntad.

[No estoy allí...